Capítulo 1 ~ "Primera Confusión"

Capítulo 1 ~ "Primera confusión"

La noche se tornaba bastante fría. El hielo caía lentamente en las afueras de aquel antiguo edificio. Las luces se encontraban apagadas, a excepción de una. Una sombra de mujer radiante y sensual, que llevaba una tasa en la mano, asomó al balcón. La luz seguía prendida. Olivia, con su té recién hecho y su rostro cansado y abrumado, se recostó en el sofá a observar el techo. Su mente volaba, pero no lograba llegar a un plácido sueño. De pronto, algo hizo que sus nervios se alteraran y que aquella cotidianeidad que la envolvía, se fuera al mismísimo infierno. Sonó el timbre. La taza de té quedó apoyada en la mesa que acompañaba al sofá. Caminó lentamente hacía la puerta y preguntó quién era.

-        ¿Quién es?- Preguntó Liv.

-        Elliot.- Respondió la voz del otro lado.

-        ¿Qué hacés aquí? – Le pregunto, mientras abría la puerta, lo dejaba entrar y la cerraba.

-        Liv… Tengo que hablar con vos. Necesito decirte algo, que me está quitando el sueño hace mucho tiempo.

-        Decime…

-        Antes que todo, yo ya te he dicho una y mil veces que las cosas con mi esposa no están bien… Nuestra relación se ha terminado, aunque ella no quiera aceptarlo.

-        No entiendo porque me estás contando esto, ya lo hemos hablado.

-        Olivia… ¡No sé qué hacer!

-        Elliot, no te comprendo.

Al terminar de pronunciar esa frase, Elliot acercó su mano a la mejilla izquierda de Olivia, como también su rostro. Sus ojos se unieron, de tal modo, que cualquier palabra pronunciable o pronunciada, desaparecería al instante. Los labios de Ell, se posaron sobre los de Liv. Un simple beso, que continuó en uno mucho más profundo. Olivia se había entregado, continuó besándolo con el doble de fogosidad que él. Su cabeza le decía que pare, pero su corazón no podía. El amor que sentía por Elliot, era algo que guardaba como un tesoro demasiado preciado. Había soñado con este beso, por más de quince años y al fin podía sentirlo. Sentía el cuerpo de su amado, pegado al de ella y lograba apreciar los latidos de su corazón en llamas. Las palpitaciones le llegaban hasta lo profundo de su alma. La piel se le erizaba y por su estómago, volaban millares de mariposas ardientes. Era el momento más importante de su vida. Ellos dos, solos. Sin testigos y sin deberle nada a nadie. Una relación imposible, de la cual nadie se enteraría, porque moriría con ellos esa noche.

En un momento, la imagen de la esposa de Elliot, se le vino a la mente a Liv. El hielo, comenzó a cicatrizar por sus venas, separando de su cuerpo, a su amado en llamas. Lo observó a los ojos. La preocupación la invadía. Pero esto cambió, cuando notó en la mirada de Elliot, las palabras precisas e impronunciables, que necesitaba oír.

Los besos continuaron. Elliot, comenzó de desabrocharle los botones a la camisa de Olivia. Ella hacía lo mismo con la de él. El torso desnudo de su amada, causaba una gran excitación en aquel hombre enamorado. Mientras se quitaban, lenta y fogosamente, los pantalones, caminaban hacia la habitación. Ella estaba desnuda, él también. Ambos sobre la cama, uno sobre el otro. La noche de sexo más ardiente de sus vidas y más esperada. Se tomaron su tiempo para realizar cada paso y al terminar, ella se dejó caer en pecho de él, mientras éste le acariciaba el cabello.

-        Ambos sabemos que esto ha estado muy mal.- Dijo Olivia.

-        Sí.

-        Y que mañana cuando lleguemos al cuartel, no podremos ni mirarnos a los ojos.

-        Sí.

-        Y que la culpa me va a invadir lenta y dolorosamente.

-        Sí.

-        Y que cuando veas a tu esposa, sentirás que le fuiste infiel del peor modo.

-        Sí. En este momento… ¿Te importa todo esto?

-        No… Pero me hez imposible no pensar en el mañana.

-        Liv, el mañana murió con nosotros. ¿Vos pensás que esto para mí fue un desliz?

-        No lo sé…

-        El amor que siento por vos, va más allá de todo. Te amo desde el día en que te conocí, no podía vivir sin conocer el sabor de tus labios y palpar la sedosa piel de tu cuerpo.

-        Elliot, yo también te amo más que a mi propia vida. Necesitaba como tú, dejarme caer entre tus brazos… Pero ambos tenemos un compromiso familiar, moral y laboral. Si en el cuartel se enteran de esto, estaremos despedidos a los dos segundos. Si tu mujer se entera, te quitará todo, incluyendo a tus hijos.

-        La solución está en olvidar lo que ocurrió esta noche. En nuestra memoria siempre estará latente, pero jamás lo volveremos a conversar y nadie se enterará. Te amo tanto, que no podría ser tu amante. Prefiero tenerte cerca y amarte en secreto, a perderte.

-        Gracias Ell.

-        Mejor duérmete, Liv. Y no pienses en nada, sólo en nosotros. 

Continuará ~ 

Amandiittaaa♥