Aquella
noche hace tres semanas, Elliot y Olivia, la pasaron entre risas y alegrías.
Prácticamente horas de diversión, sin confusiones ni malos entendidos.
Anécdotas que iban y venían, chistes inentendibles de Elliot y una que otra
burla inocente a sus compañeros. Risas y más risas. El amor volaba en el aire y
se notaba. Se miraban, se sonreían y todo su mundo se resumía a ellos. Esas
horas interminables que para ellos fueron únicas.
A
las cinco de la mañana, Liv tomó sus cosas y volvió a su departamento para
cambiarse y bañarse. Ell no logró dormir. Recordaba la risa de Olivia y su
corazón estallaba. La sentía, a pesar de las distancias. Olía su perfume de
mujer apasionante y oía su dulce y armoniosa voz.
A
las ocho de la mañana todos estaban allí. Felices, renovado y con un nuevo caso
que resolver. Nadie notó nada y eso les producía cierta alegría. Se daba cuenta
que en ese pequeño mundo que habían formado, no había testigos ni jueces que
pudiesen inculparlos. Eran ellos dos. Nada más.
Amandiittaa'·
{ Gracias a todos por leer la novela, por favor, dejen su comentario sobre que les pareció el capítulo}
Capítulo genial!
ResponderEliminar